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miércoles, 21 de octubre de 2015

6- El estudiante despierto y la sana disconformidad


El estudiante despierto y la sana disconformidad

22-08-2015.-

            El anclaje de energías solares-espirituales en el aura planetaria y principalmente en su Núcleo, ha hecho posible una restitución de la verdad teosófica de una manera original y única, como no había sido posible antes.
            Como los estudiantes reflexivos saben, la Teosofía, o Sabiduría de todas las edades, existe desde tiempos inmemoriales, y existía aún antes de la existencia del planeta Tierra y del sistema solar. Esto es así sencillamente por el hecho de que “Teosofía” es conocimiento sagrado de la vida en su totalidad, por lo tanto excede al ciclo de un planeta, una estrella, e inclusive de una galaxia…
            Teosofía es sabiduría de los esquemas y ciclos de la Evolución, pero en cierta manera, Teosofía es “verdad viva”, atemporal, pudiendo volverse temporal al reflejarse en espacios físicos temporales.
            Muchos estudiantes entienden a la Teosofía como un cuerpo de enseñanzas limitadas proveniente de ciertos Maestros y discípulos elegidos, pero si bien tales enseñanzas forman parte del infinito mar del Conocimiento, son tan solo como algo semejante a “una gota” en el inmenso océano dela Sabiduría…
            Los estudiantes conservadores y ‘celosos’ de “esa gota” revelada y retransmitida cometen el error, muchas veces, de negar el Conocimiento que pueda ir revelándose desde el resto del ‘Océano’ aún inexplorado, pero que va reflejando su continente a los inspirados e intuitivos…
            El Océano de la Vida va descorriendo pausadamente sus velos ante una Humanidad aún ciega y mayormente ‘emocional’, pero aún así, cada aproximadamente 100 años nuevas revelaciones aparecen eclipsando viejas estructuras, y así…, a paso tranquilo pero inexorablemente seguro, avanza la conciencia humana hacia su destino de sabiduría.
           
            La creación de la Sociedad Teosófica en 1875 y la aparición de la incomprendida “Doctrina Secreta” han sido tan solo el puntapié inicial para el recorrido de un extenso camino hacia nuevas luces del Conocimiento.

            Algunos interpretaron a las Enseñanzas Teosóficas del siglo XIX como incuestionables y casi como “reliquias de museo”…, y así las conservaron las mentes más recelosas, las cuales no supieron interpretar el verdadero espíritu que dio impulso a la creación de la Sociedad. Tal espíritu era el de la creación de grupos (logias) alrededor del mundo, capaces de pensar por sí mismos, en forma libre, creativa y científica a cerca de los asuntos de la vida material y espiritual. El impulso original en la creación de la S.T. era promover el nacimiento y desarrollo de una conciencia libre de aferramientos dogmáticos, y esto por supuesto que debía incluir al cuerpo de enseñanzas teosóficas… Pero claro es que tal objetivo solo tuvo éxito en menor parte, siendo en su mayor porcentaje un fracaso, al ver que las logias se transformaban con el paso del tiempo en mecanismos de repetición mecánica del conocimiento libresco.
            Siempre fue para el ser humano mucho más ‘cómodo’ repetir estructuras de creencias, adormeciéndose en “lo ya establecido”, que mantener una actitud sana e “inteligente rebeldía” ante todo conocimiento grabado como ‘memoria’.

            El verdadero estudiante despierto es ‘gnóstico’, porque se conoce a sí mismo, o al menos, está en estado de alerta constante; y es ‘teósofo’, porque siempre tiene, ante todo, el espíritu del libre pensador, el cual le impide dormirse en el conocimiento intelectual.

            Recuerde el estudiante que “inteligencia” es más que ‘intelectualidad’, siendo esta última un aspecto de manas, y la primera un aspecto de buddhi.

            El verdadero “estudiante despierto” es luz continuamente para sí mismo (porque es ‘inteligente’, no solo intelectual); siempre está colocando un “por qué” y un “para qué” ante todas las cosas… Es un “entusiasta disconforme” porque comprende que ‘la conformidad’ es la muerte y la parálisis del alma. La conformidad es lo que mantuvo a la humanidad durante épocas completas, por cientos y hasta miles de años, sumida en ilusiones y espejismos que mantuvieron esclavos a los pueblos llenos de supersticiones. La conformidad es enemiga del progreso, y el progreso de la conciencia necesita de hombres ‘sanamente disconformes y rebeldes’.
            La rebeldía tiene un aspecto malo y otro bueno. La rebeldía negativa es inmadura, irreflexiva, es decir, “se opone por oponerse”…, sin saber por qué, o da motivos inconsistente o falsos en la oposición. La rebeldía positiva, en cambio, es esperanzada, reflexiva y madura, y se apoya en el constante discernimiento y ‘sed de progreso’.

            La regeneración de la Teosofía dependerá, en todo caso, de la regeneración del ser humano, al menos del grupo de almas que, sintiéndose atraídas por los misterios de la vida, se hayan ‘despertado’, pudiendo ir más allá de los escolásticos conocimientos.

            El Sol del Nuevo Día en la Humanidad ya ha aportado nuevos rayos de luz sobre el orbe planetario. Esas energías son verdaderos rayos búdicos que están circulando, hoy más que nunca, alrededor del mundo, compenetrando los éteres y facilitando el despertar de las almas aún dormidas.
            Llamamos “almas dormidas” a las que aún reposan en la conformidad y mecanicidad de los hábitos y deseos, sin cuestionamientos verdaderos. El “despertar del alma” comienza a ocurrir con la reflexión a cerca de todo…, pero llega a su cumbre cuando la pregunta se dirige al “SÍ MISMO” y es capaz de preguntarse con toda profundidad y perplejidad:

“Qué soy”; “quien soy” realmente…

            Este es ‘el punto de partida’, el inicio de un infinito camino hacia el corazón de la Vida.



PAX CRISTI




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